Se preocupa por todo, por lo que pasó, por lo que pasa, por lo que pasará y por lo que pudiera pasar…

Esta constante anticipación es una visión catastrofista de los sucesos presentes y futuros. Sin escape. Además, se preocupa por su familia y amigos, adelantándose negativamente a la vida y desenlace de cada uno de ellos.
Lógicamente, vive agobiada, con sensación interna de intranquilidad constante (siendo consciente o no de la misma), a veces con temblores o pudiera ser vómitos, diarrea, dolores musculares, por mencionar otros síntomas. No duerme bien. Se despierta agotada. Realmente cansada y desbordada.

De tal manera que está persona vive en dos líneas temporales : pasado y futuro. ¿Y el presente?, no lo disfruta, pudiera decirse que ni lo vive, porque vive anticipando, imaginando y recordando. Siempre con sensación de intranquilidad, ansiedad flotante, reactiva a alguna situación específica o de forma inexplicable.

Todo lo anteriormente descrito es de difícil control para la persona, quien pasa a considerarse como ” sufridora o padecedora”.

Se vuelve cada vez más temerosa de las situaciones. Se siente sin herramientas para enfrentar el día a día. Sin ser capaz de priorizar sus preocupaciones porque todas tienen la misma importancia, y sus temores le atacan al mismo tiempo…

La descripción anterior intenta dar una visión de lo que pudiera ser un Trastorno de ansiedad generalizada, que redacté en femenino porque es más frecuente en mujeres que en hombres. No voy a nombrar criterios diagnósticos, los pueden encontrar en la web y solo tienen utilidad de la mano de un clínico especialista en la materia.
El objetivo no es que se diagnostique si no que busque ayuda teniendo claro que no es “sufridora”, “ni nació para sufrir”, es el padecimiento de una de las formas de la ansiedad. Que le roba al paciente su presente, al no poder vivirlo como se merece, con las preocupaciones de la vida, pero también con tranquilidad y alegrías.

Es un diagnóstico de alta prevalencia, y por controvertido que parezca muchas personas se adaptan, se conforman, a estar con constante malestar emocional, llegando a convertirse incluso en su forma de vida, su rol de vida.

La ansiedad patológica y crónica causa desgaste emocional, y es posible que se generen síntomas de corte depresivo, trastorno depresión, trastornos del sueño, trastorno de alimentación, fobias, otras formas de ansiedad, entre otros. Si se identifica con esta situación, busque ayuda y déjese ayudar.

¿Qué se puede hacer?
La intervención va desde medidas conductuales básicas como alimentarse bien, hacer actividad física, intervenciones psicoterapéuticas añadidos a tratamientos psicofarmacológicos, según cada caso.

“…El presente es el único momento en el que podemos actuar…”.

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Dra. Joana Cardozo Curvelo

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