Mi hijo padece esquizofrenia

¿Quién es el culpable?, ¿De qué parte de la familia vendrá?, ¿de parte del padre o de la madre?. Esta pregunta es frecuente y puede llegar a perjudicar la relación entre ambos progenitores.

Con frecuencia los familiares, y sobre todo los padres/madres suelen culpabilizarse y señalarse como causantes o “portadores” de la esquizofrenia que padece su hijo. Hecho que se fundamenta en la teoría genética (enfermedad que se hereda) como explicación a la aparición de dicha enfermedad. Es decir, si tengo antecedentes de esquizofrenia en mi familia, mi hij@ padecerá esquizofrenia.

Explicar el origen de la esquizofrenia es complejo, porque hasta la fecha hay muchas teorías que intentan explicar el origen de la misma.Los últimos estudios médicos y psicológicos apuntan al modelo multicausal como origen de la enfermedad. Modelo con el que estoy de acuerdo, añadido al modelo de vulnerabilidad. Esto quiere decir que NO hay una causa específica, si no que la enfermedad aparece por la combinación de diferentes factores añadido a la vulnerabilidad de cada persona.Por lo tanto, existen causas biológicas (alteración en el neurodesarollo, causas neuroquímicas, teoría neurodegenerativa, entre otros), causas genéticas, causas ambientales (como por ejemplo una infección perinatal) e incluso causas sociales, aunado al hecho que la personas sea vulnerable a dichos factores. Los mencionados factores se pueden comportar como predisponentes, causantes o detonantes de la enfermedad.

Más allá de la trama teórica, quiero dejar claro lo siguiente:

«¡Padres no son culpables!». NO existe una única causa que se relacione con la aparición enfermedad.

En general, la culpa no mejora la situación de ningún ser humano, de 
hecho genera más malestar y menos proactividad a la hora de resolver 
un problema. Este caso no es diferente. Dejar atrás sentimientos de 
culpa ayudará a mantener una relación sana entre los familiares de 
la persona enferma. Además, esta descrito en la literatura, y así es en la práctica clínica, que la familia/red social son apoyo fundamental para la recuperación del enfermo. Por lo tanto, sanear las relaciones interfamiliares beneficiará directamente al enfermo, y hará más fácil el camino para la familia.

A la hora de enfrentar situaciones vitales complejas, lo mejor es simplificar, lo que nos sea posible, y una manera de hacerlo es dejar las cargas innecesarias a un lado. Las cargas hacen el terreno más tortuoso e impiden el bienestar necesario para poder responsabilizarse y enfrentar situaciones demandantes y mantenidas en el tiempo.

El desculpabilizarse es uno de los primeros pasos para reencontrarse con la persona que padece la enfermedad y poder participar activamente en su recuperación.

«Complicar lo simple es fácil. Simplificar lo complejo requiere trabajo».

Dra. Joana Cardozo Curvelo

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