El lenguaje tiene poder. Suena a cliché, pero es así. Indudablemente, lo que decimos tiene impacto en quienes nos escuchan, y ese impacto puede ser negativo o positivo.
La mayor parte de las veces no medimos lo que decimos. Y es normal, no es sano medir o planificar constantemente lo que vamos a decir, pero si es responsabilidad de todos conocer que el uso de términos técnicos incorrectos contribuye, aún sin quererlo, a fomentar ideas equivocadas acerca de ciertos temas.
Un buen ejemplo de esto son los diagnósticos de enfermedades mentales, por ejemplo:
– » …Estoy depre…».
– «… Esa mujer es una bipolar cambia de opinión en minutos…»
– «…Ese tío es muy callado, muy autista…».
– » … Que maníaco estaba con el tema…».
– «… Él le golpeó, es un loco psicótico…».
Estas expresiones se usan con frecuencia y con mucha ligereza. Es decir, terminología médica usada para describir situaciones que no son ni médicas ni enfermas. Trivializando síntomas de enfermedades que pueden llegar a puntos de gravedad extrema. Que afecta psíquica y orgánicamente a la persona que la padece.
Cuando hablamos con un conocido que está «triste» las palabras de ánimo suelen ser reconfortantes. La depresión es un síndrome clínico grave e incapacitante que no mejora con un » Anímate «. Esa persona no está triste porque quiere. ¡No!, esa persona tiene una enfermedad que no sólo se define por ánimo triste.
Una persona que cambia de opinión de forma constante no padece de Trastorno Bipolar, es un indecis@.
Una persona callada e introvertida, no es autista, probablemente sea tímida y reservada.
Un acto agresivo no define a un Trastorno Psicótico.
Por lo tanto, no es adecuado, no es correcto, ni beneficioso para nadie usar esta terminología para describir aspectos triviales de la vida. Contribuye a propagar conceptos erróneos de ciertos síntomas y enfermedades, y como en realidad no lo son, dan la imagen de «falsedad» a enfermedades que si lo son. Además, resulta ofensivo e insultante para quienes padecen tales enfermedades y luchan día a día con ellas.
Las personas con enfermedad mental, son eso, PERSONAS, que padecen una determinada enfermedad. Por respeto a ellos y a ti mismo, deja los términos médicos fuera del lenguaje informal.
«Las buenas palabras son edificantes».
No contribuyas con la ignorancia, no formes parte del estigma. Mejor, facilita la integración y el respeto.
Dra. Joana Cardozo Curvelo
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