Estimado lector, le invito a recordar si ha escuchado esta clase de comentarios:

  • Dale un traguito al niño ya es un hombrecito.
  • Vaaaa un sorbito, que no pasa nada.  
  • Es normal todos los adolescentes se emborrachan.
  • Ja,ja,ja mira la cara de la niña cuando probó la cerveza, ¡Que gracia!.

Estoy segura que algún comentario parecido a estos habrá escuchado porque el alcohol es una bebida socialmente aceptada, forma parte de la cotidianidad y además forma parte cultural de diferentes sociedades. Pero, nos guste o no, NO deja de ser una sustancia psicoactiva legal.

El objetivo de este artículo no es demonizar al alcohol, se trata de decir verdades acerca del mismo.

Le invito a imaginar a una persona con problemas de alcoholismo. Por ejemplo, una persona sin techo, tumbado en un banco de cualquier plaza.  También podemos imaginar a una persona mal vestida con mal olor corporal, sin trabajo, con los ojos rojizos o tartamudeando. Esas imágenes lamentablemente son comunes, pero no son las únicas.  Le pido que abra el abanico de posibilidades acerca de las personas alcohólicas, porque les aseguro, que el alcoholismo tiene diferentes caras.

Las otras caras del alcoholismo

  • Trabajad@r con alto nivel de estrés. Funcional en su trabajo, gana dinero, tiene amigos y familia, pero con consumo crónico de alcohol que sobrepasa el consumo lúdico. Esta persona dice que “…toma lo normal…”.   He escuchado esta respuesta de paciente con cirrosis alcohólica “…yo bebía lo normal…”. Sí, he tratado a muchos pacientes con cirrosis hepática que “…tomaban lo normal…” para ellos. No exagero, los he valorado en unidades de trasplantes hepáticos o en interconsultas hospitalarias.
  • Personas cuyo rasgo distintivo es ansiedad, síntomas subdepresivos, insomnio, malestar emocional, dificultad en la gestión emocional, personalidad disfuncional o que simplemente esta pasando por un mal momento. Buscan en el alcohol algún efecto beneficioso. El sistema de recompensa del cerebro se enciende y la persona aprende sin ni siquiera darse cuenta que el alcohol “…le alivia la vida…”. Hoy un par de cervezas, mañana otro par, luego vino y así va aumentando. Hasta que se ve alcoholizado. Con la típica dependencia al alcohol: orgánica y emocional.
  • Últimamente he notado un repunte en amas de casa, sí, mujeres que pueden ser su mamá o la mía, sin antecedentes de enfermedad, ni consumo de tóxicos. Buen rendimiento y funcionamiento, cuya vida ha decidido entregar a su familia. Se jubila el esposo (a quien poco veía antes de jubilarse), los hijos por ley de vida se marchan de casa. Esta mamá comienza a beber alcohol sola. La familia no lo percibe, puesto que cuando los hijos regresan esta sobria. Pero abusa del alcohol diariamente. A veces se embriaga, otras veces solo se “…alegra…” todos los días de la semana.
  • Personas que son abusadores de alcohol por temporadas, borracheras por meses, pueden ser personas de cualquier estrato social, nivel académico y laboral, que pasan meses sin beber y de pronto comienzan con atracones de alcohol, incluso dejando el trabajo y hasta de comer.
  • Adolescentes, abusan y se emborrachan los fines de semana. No hay otra forma de divertirse. Pasa de ser una mal llamada “…etapa de adolescencia…”, “…no pasa nada papá/mamá…” a ser una dependencia.

Esto por mencionar algunos perfiles.

Pero, ¿Por qué alguien se convierte en alcohólico?.  ¿Por qué unos beben y saben cuándo parar y otros no?.

Más allá de la causa de inicio, que son diversas, la constitución del alcoholismo depende de una mezcla de factores neurobiológicos.

El consumo agudo de alcohol produce efectos reforzadores POSITIVOS, mediante la activación del circuito de RECOMPENSA cerebral, que incluye determinadas estructuras del sistema límbico.

El circuito de recompensa cerebral depende en gran manera de la activación de las neuronas dopaminérgicas,  que se proyectan hacia estructuras límbicas y de la corteza cerebral frontal. Dichas neuronas dopaminérgicas presentan una activación, en respuesta a los estímulos primarios, como la comida, agua o estímulos relacionados con la conducta sexual, es decir, aquellos que tienen una importancia para la supervivencia (¿recuerdan el artículo de escucha las alarmas?). Estas estructuras juegan un papel decisivo en el aprendizaje motivacional, tanto de las conductas  de deseo como las consumatorias.  

Las conductas consumatorias relacionadas con los reforzadores naturales, suelen producir saciedad, lo cual contribuye a que su consumo sea autolimitado. Tengo hambre, como ,me sacio.

Sin embargo, el alcohol produce el efecto contrario, es decir, efectos apetitivos o incentivos, que pueden “disparar” el deseo de seguir consumiendo o bien de pasar al consumo de otra sustancia que tenga un efecto reforzador más intenso, como por ejemplo la asociación entre el “alcohol y la cocaína”, lo cual se suele acompañar de dificultades para controlar el consumo que pueden llegar a la pérdida de control.

Cuanto más intensos hayan sido los efectos reforzadores de una determinada sustancia (alcohol, cocaína, heroína, anfetaminas, entre otros), más persistentes van a ser también los recuerdos relacionados con ella y más imperiosa la necesidad o el deseo de experimentarlos nuevamente (craving).

El consumo crónico de alcohol y drogas produce CAMBIOS ADAPTATIVOS en diversos sistemas de neurotransmisión y circuitos cerebrales, que van a dar lugar a alteraciones motivacionales y emocionales. Estos cambios neuroadaptativos generan progresivamente un “estado de necesidad” con deterioro en la capacidad de autocontrol sobre su autoadministración.

Generalmente son cambios compensatorios los que produce con su administración aguda, que conducen a un estado de hiperexcitabilidad del Sistema Nervioso Central, relacionado con una hiperfunción de diferentes neurotransmisores, junto con una hipofunción de otros. Que pueden expresarse clínicamente en forma de síntomas de abstinencia del alcohol.

El alcohol tiene un efecto PODEROSO COMO REFORZADOR, cuando a su efecto reforzador positivo (debido a la activación del circuito de la recompensa cerebral), se suma su efecto de alivio de estados emocionales desagradables o bien de los síntomas de abstinencia. Por este motivo, las personas que sufren síntomas de ansiedad, preocupación, angustia, fobias, inseguridad, obsesiones, estrés postraumático, insomnio, depresión y otros pueden obtener un intenso efecto reforzador del consumo de alcohol, es decir están en riesgo de convertirse en abusadores de alcohol y finalmente en ser alcohólicos. TAMBIÉN, personas sin síntomas psíquicos pueden convertirse en alcohólicos, como explique el alcohol PRODUCE CAMBIOS en nuestro cerebro y alteración del sistema de recompensa, si esa persona tiene predisposición biológica a que esto ocurra, el alcoholismo aparecerá.

Independientemente que el consumo sea habitual, por atracones o puntual, la conducta de la persona se ve modificada y perjudica diferentes esferas de su vida. Ya sea por intoxicaciones aisladas, como  borracheras patológicas o estado de embriaguez continuo,  en donde puede aparecer conductas agresivas, llantos, gritos, insultos, tendencia a la celopatía, problemas con la justicia, alteraciones de la convivencia familiar, desempleo. Con el posterior deterioro social, familiar, económico y por supuesto de salud.

A día de hoy NO se puede predecir, quien será alcohólico o no.

Sí se conocen factores de riesgo que pueden llevar al alcoholismo: abuso de alcohol a edades tempranas, tendencia a la impulsividad, consumo de otros tóxicos, determinados rasgos de personalidad, antecedentes familiares de alcoholismo, mala gestión emocional, desempleo, facilidad a la hora de alcohol, situaciones socio-económicas complejas,   entre otros. Estos factores nos predisponen a buscar una falsa salida en el alcohol, añadido a los cambios neurobiológicos que aparecen y sistemas de recompensas más susceptibles a alterarse.

Debe tener cuidado, el alcohol es un enemigo, silente. Entra progresivamente en su vida como un alivio, pero le entrega a una situación dependencia y alteraciones en todos los niveles.

Menciono algunas de las consecuencias en su salud: alteración conductual, cirrosis hepática, fallo hepático, alteración hormonales, pancreatitis, obesidad, deterioro cognitivo, incluso la persona puede llegar a demenciarse, alteración cardiovasculares, entre otros. Las consecuencias trascienden a la salud del alcohólico, a la familia, amigos y trabajo.

¿A qué no es tan gracioso que la niña frunza el ceño por el traguito de alcohol, o que el niño lo pruebe porque ya es un hombrecito?.  

Si esta pasando por un mal momento NO se confunda el alcohol no es un tratamiento a su malestar, no es una salida, sino una encerrona.  Es muy mala compañía de la tristeza, ansiedad, de los malos momentos.

Si está abusando del alcohol y quiere abandonarlo, busque ayuda. Sin falta debe iniciar por ayuda médica de un especialista (médicos de cabecera, médicos de unidad de conductas adictivas o médicos psiquiatras). La abstinencia al alcohol ES UNA URGENCIA MÉDICA por la gravedad de los síntomas. Añadido a esto el tratamiento debe estar enfocado a la dependencia orgánica y emocional.  Es importante destacar que hasta que la persona que abusa del alcohol o alcoholic@ no acepta ni  quiera la ayuda, poco se podrá hacer, este punto es doloroso para su entorno , pero es así.  

Si es un alcohólic@ y esta abstinente, mis más sinceras FELICITACIONES.

Recuerde para un alcohólico UN SOLO TRAGO DE ALCOHOL ES COMO ABRIR LA PUERTA A MILES DE BOTELLAS, SU SISTEMA DE RECOMPENSA ESTA ALTERADO Y HASTA EL MÁS MÍNIMO TRAGO DESPERTARÁ EL DESEO IMPERIOSO DE CONSUMO. NO cometa el error de dar ese trago.

Si usted es familia, amig@ o conocid@ de la persona alcohólica, contribuya aportando otra actividad donde ese SOLO TRAGO DE ALCOHOL, NO EXISTA.  Hay muchísimas maneras de distraerse, divertirse, apoyar, sociabilizar fuera del alcohol.

Su amig@ ya tiene suficiente con enfrentar el día a día. Ir al mercado para hacer la compra y ver una estantería de alcohol a su alcance por un precio ridículo.

Saludos y mucha salud

Dra. Joana Cardozo

Le invito a que reflexione en el artículo, Si piensas que el artículo puede beneficiar a alguien compártalo ¡Aprecio mucho sus comentarios!, serán anónimos y puede dejarlos a continuación del artículo.

6 comentarios sobre “Alcohol, Alcoholismo y sus caras.

  1. Excelente artículo, como todos los que suele publicar.
    Una vez más, muchas gracias doctora por llamarnos a reflexionar sobre estos aspectos de la salud mental, que por ser cotidianos, pasamos por alto hasta el punto de normalizarlos.
    La animo a seguir escribiendo estos artículos tan interesante

  2. Buenísimo tal cual es !!!!yo ni una gota desde que vine de Mallorca y cada día mi pastilla que es. Mi salvación es lo mejor que puede hacer una persona con problemas con el alcohol a mi me esta ayudando mucho el alcohol no es juego es una enfermedad y muy grave tenemos que tomar conciencia sobre eso gracias Joana !!

  3. Muy buen artículo y cuanta verdad en él.
    Debería leérselo los profesores a los alumnos desde bien pequeños, para que lo memoricen y lo tengan presente en toda su vida, ya que las risas por desgracia se convierten en llantos y desgracias
    Así pues enhorabuena por el artículo y lo comparto para que lo lean más gente.

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