El lenguaje tiene poder. Suena a cliché, pero es así. Indudablemente, lo que decimos tiene impacto en quienes nos escuchan, y ese impacto puede ser negativo o positivo.
La mayor parte de las veces no medimos lo que decimos. Y es normal, no es sano medir o planificar constantemente lo que vamos a decir, pero si es responsabilidad de todos conocer que el uso de términos técnicos incorrectos contribuye, aún sin quererlo, a fomentar ideas equivocadas acerca de ciertos temas.